Por Mitsubishi Motors |
Una fuga de vacío puede parecer un problema pequeño para tu auto nuevo, pero en realidad puede afectar al rendimiento de tu motor. Sin embargo, saber cómo diagnosticar una fuga de vacío puede suponer la diferencia entre un pequeño contratiempo y una gran frustración. A continuación, te presentamos qué es una fuga de vacío y sus principales síntomas.
Una fuga de vacío se describe más fácilmente como la introducción involuntaria de aire no medido en un motor, por medio de una o más mangueras, juntas o componentes comprometidos. Este aire no medido es problemático, debido a su tendencia a alterar la relación aire-combustible predeterminada del motor, dificultando así la combustión.
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Una fuga de vacío puede ir acompañada de una amplia gama de síntomas. Algunos de estos síntomas resultan perjudiciales para la conducción general de un vehículo, mientras que otros son de naturaleza más superficial.
No obstante, reconocer los numerosos síntomas asociados a una fuga de vacío puede resultar muy beneficioso a la hora de intentar solucionar el problema. Estos son algunos de los síntomas más comunes de las fugas de vacío en un automóvil.
El motor del auto es más sensible a los problemas al ralentí. Por lo tanto, no es de extrañar que el ralentí sea uno de las principales señales de fugas de vacío. Esto se debe principalmente a que el cuerpo del acelerador está tratando de mantener un ralentí estable mediante la apertura y el cierre de la válvula de mariposa.
Si tu auto presenta una fuga de vacío importante, el cuerpo del acelerador tendrá un problema tratando de controlarlo, lo que resulta en síntomas de ralentí extraños. También puede ser porque la mezcla de aire-combustible es incorrecta debido a la fuga de vacío. En la mayoría de los casos, este síntoma particular es más frecuente cuando existe una fuga de vacío grave.
En casi todos los casos, una fuga de vacío desencadenará una luz de alarma del motor. La presencia de esta luz encendida significa que se ha almacenado un código de fallo de diagnóstico, en respuesta a uno o más problemas de funcionamiento.
Las fugas de vacío a menudo pueden dar lugar a que la luz de alarma del motor se encienda, lo cual se debe a que hay demasiado aire en el motor. Esto desvía la combustión del motor y resulta en una advertencia de revisión del motor por parte de la unidad de control del motor.
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En el peor de los casos, una fuga de vacío puede provocar que el motor vacile o se pare por completo. Esto se debe al hecho de que la relación aire-combustible predeterminada de un motor se ve comprometida, siempre que se introduce aire no medido en el tracto de admisión.
Lamentablemente, este síntoma no solo es peligroso, sino que también puede serlo, dependiendo de la situación en la que se produzca el estancamiento.
Además de la vacilación o el estancamiento, una fuga de vacío considerable también puede provocar que el motor falle o tenga un petardeo. Esto, de nuevo, se debe al hecho de que el aire no medido está entrando en el tracto de admisión de un motor, lo que afecta negativamente a la relación predeterminada de aire-combustible de un vehículo.
Las fugas de vacío suelen ir acompañadas de un extraño chirrido, silbido o siseo. Este sonido se crea cuando el aire es arrastrado a través de pequeñas grietas en la junta de admisión de un motor o en las mangueras de vacío.
Por suerte, este síntoma resulta valioso cuando se intenta localizar la fuga de vacío en cuestión. Con el freno de mano puesto, abre el capó con el motor en marcha. Es posible que puedas ver una fuga de vacío en una de las mangueras de vacío.
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Efectivamente, puedes arreglar una fuga de vacío por tu cuenta. Sin embargo, para ello es necesario localizar el origen de la fuga. Este procedimiento puede resultar bastante complejo, dependiendo de la gravedad de la fuga en cuestión. Una vez que se ha descubierto el origen de la fuga de vacío de un motor, se puede trazar un plan para la reparación adecuada.
Por naturaleza, algunas fugas de vacío tienden a ser más difíciles de reparar que otras. Esto se debe al hecho de que el origen de una fuga de vacío puede ir desde una manguera podrida en seco hasta una junta de admisión comprometida. Mientras que el primero de estos problemas se puede reparar en minutos, el segundo suele tardar horas y es mucho más complicado.
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